miércoles, 28 de agosto de 2013

Parfum de femme


Aquí, lloviendo sobre mojado y llorando sobre seco, todo terreno antes yermo se convierte en dulce vida, con el sabor de la tersa manzana algo ácida y el color de tus grises ojos.
Veteados de un amarillo enfermizo.
Son los rayos del sol que se ha escapado. Los llama silbando entre el arrastrar del vendaval y el tronar de los relámpagos. Y como apenas se le escucha, algunos se quedan desperdigados entre los nubarrones que se creen amenazadores y solo son el primer respiro del verano.

Y la manzana dulce y los ojos grises huelen a tierra mojada, como tu cuello cuando despiertas. 
Suena el tango de Gardel y sigue lloviendo.
Y los pájaros siguen mudos.
El sol ya reclutó a todo su rebaño y dejó paso a las estrellas. No se molestan en pelear con la masa gris para dejarse ver.
Y deja de llover y tus ojos grises se cierran y la manzana dulce sucumbe al último bocado.
Pero el ambiente y tu cuello siguen oliendo a tierra mojada.
Y sonrío. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario