miércoles, 22 de mayo de 2013

Cheers

Quiero que sepas que te lloré con lágrimas de sal y limón
que hicieron que mis ojos escocieran y se enrojecieran tanto como
al final de un día de bucear sin protección en una piscina con exceso de cloro.

Y las lágrimas llegaron a mi boca, amargas y tibias
casi como una infusión.
Pero bastante menos insípidas.

Quiero que sepas que te lloré y ya no te lloro.
Y que la sal y el limón y el tequila que los acompañaba
quedaron lejos hace años.

Pero quiero también que seas consciente
de cuán aterrador llega a ser
echarse a temblar sin tener frío. 

1 comentario:

  1. me encantó! quién no ha llorado con lágrimas de Limon y Sal? y el último parrafo... fue como cerrar con broche de oro!

    ResponderEliminar