martes, 14 de mayo de 2013

Pequeña flor.


Pequeño girasol, casi marchito, derribado por el tiempo.
¿Por qué vives, por qué lloras?
¿A quién amas, qué añoras?
Dime, pequeña flor, dime,
¿quién arrancó de forma cruenta tus dorados pétalos?
Habla, pequeña flor, habla,
¿quién oscureció tu sonrisa y enturbió tus antes brillantes ojos?
Riegas con tu llanto la tierra que te sustenta y tu vida supone tu muerte, lenta y dolorosa.
Eres tú tu propia asesina por anclarte en el pasado, por echar raíces, por ser una flor.
Eres tú, por lo que eres, el propio fin de tu ser.

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