martes, 14 de mayo de 2013

Toda una vida estaría contigo


Tú y yo, fugitivos del tiempo, dueños de un estúpido ritual.
Del vernos un único amanecer cada año, en ningún lugar y en todos, simplemente el uno enfrente del otro. Dos respiraciones, compenetradas, dos medias sonrisas, sumadas en una sola.
Mil palabras, un beso, dos caricias y un adiós.

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