martes, 14 de mayo de 2013

Sabor de sobre


Amor instantáneo, descafeinado. Soluble en agua caliente.
Recorrió con sus ancianos dedos la cara de su compañero, y recordó cuánto le amaba. No era un respiro que su mente le concediera habitualmente. La añoranza tiñó sus pensamientos una vez más.
Aquel niño era parte de su pasado, un tiempo en el cual ambos deseaban fervientemente compartir juntos el futuro.
Habían vivido tantas cosas, que los fotogramas de la vida se le presentaban desordenados. Cómo le había querido. Y cómo le seguía queriendo, a pesar de ser amigos. Quizá fuera una unión que sólo comprenden aquellos que han hecho el amor.
Bajó su mano lentamente y la posó sobre su regazo. Contempló la inocencia en los ojos de niño de su anciano amor, aquellos en los que se apagaba lentamente la llama de la vida.

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