martes, 14 de mayo de 2013

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Y después de tanto tiempo, otra vez allí los dos. De pie en medio del portal, rodeados de frío, silencio y oscuridad. Para ti todo gira a vuestro alrededor, apenas una avorágine negra y bastante indefinida, dais vueltas sin descanso dentro de un remolino.
Frente contra frente.
Una de tus manos en su nuca, acariciando suavemente su pelo, la otra sujetando tus gafas, tras su espalda. Y él, estático, simplemente respirando.
Todo es diferente, todo ha cambiado.
-Las cosas tendrían que haberse dado de otra manera, ¿eh?
Por tu parte, como toda respuesta, más lágrimas y sollozos, y la ligera sombra de una sonrisa sarcástica en tu cara.
Un simple esbozo.
Es la última vez y lo sabes sin saberlo. Porque él siempre lo supo pero no lo dijo. No hay vuelta atrás, de ninguna de las maneras, pero tu cabeza sólo se centra en encontrar una salida y no se da cuenta hasta horas después.
Se acabó el punto y seguido. Se acabaron los puntos suspensivos.
Sólo sigue vigente la lucha entre un punto y aparte y un punto final.

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