martes, 14 de mayo de 2013

Hoy te la meto de todas todas


Un amor ardiente que se reflejaba en el sudor de sus cuerpos al follar. Intensidad de su pasión expresada en leves suspiros y en un ambiente viciado.
Calor. Dos manos que resbalaban por un cuerpo ajeno. Dos manos que se aferraban a las frescas sábanas blancas.
Dos aromas que bailaban muy pegados hasta convertirse en uno solo.
Un "te quiero" susurrado en el momento en que el amor crujió, iniciando el final. Un sonido sordo y seco, camuflado por ruidos externos. La prueba latente de que nada es eterno, de que todo termina cuando uno menos lo espera.
Pero el ambiente seguía viciado en aquella habitación. En una oscuridad salpicada de plateados rayos de luna que se colaban entre las rejas y el cristal.

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