martes, 14 de mayo de 2013

Decirte una verdad


Estamos que no estamos, y mientras nos pertenecemos, nos convertimos en extraños.
La vida pasa, vuela con el tiempo, pero en el sentido contrario de las agujas del reloj. Es una ley de la física sólo aplicable cuando estamos juntos. Al igual que aquella que hace que en apenas minutos el mediodía de paso a la noche más profunda.
Estamos que no estamos, y mientras más nos amamos, más motivos para odiarnos encontramos.
Somos capaces de volar sin estrellarnos, pero también de caernos y no levantarnos. Y mientras más confiamos, más desconfiamos.
Estamos que no estamos, y mientras nos pertenecemos, nos convertimos en extraños.
Y mientras un encuentro nos separó, una despedida fue capaz de encontrarnos.

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