martes, 14 de mayo de 2013

these days


Nadie aún ha roto tu corazón, nadie aún.
Nunca nadie ha robado tu orgullo, nunca nadie.
Por eso mismo nunca has sentido en tu interior la furia ardiente de mil dioses enfadados. Por eso mismo nunca has deseado evaporarte, desaparecer y que nadie te extrañe. Por eso mismo nunca has deseado acabar con absolutamente todo a tu alrededor, y después contigo mismo.
Pero oh, amigo, el día que eso ocurra. Oh, amigo, el día que eso ocurra, puedes darte por vencido... o luchar. Luchar y no parar, luchar con una carrera infinita que te libere, que te suba hasta lo más alto del cielo, que te encumbre. Una carrera tan rápida que consiga que nadie pueda verte.
Luchar contra todo con una simple sonrisa, con la cabeza alta, con el perfume de cada día que, poco a poco, se convertirá en el dulce aroma de la victoria.
Una victoria sobre todo, y sobre ti mismo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario