Cuántos kilos de amor derrochaste en una mirada.
En una caricia que ascendía desde su cuello a su mentón para sostenerle la cara mientras la besabas.
En un suspiro que abanicó su sien y se perdió en su cabellera.
Cuántos kilos de amor derrochaste en tan poco tiempo, para después dejar paso a una hiriente indiferencia.
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