martes, 14 de mayo de 2013

In the moment to live, in the moment to die. The moment to fight.


Como la entradilla de un vals. A ritmo lento y tranquilo. La introducción al caos, para la gente, para los mejores y los peores, empieza la guerra. Empieza la guerra. Para tí, para mí, para él, para vosostros.
Es el momento de vivir.
De morir.
De pelear.
De beber.
De saltar.
De amar.
De follar.
De ser uno más, de fundirse, de brillar.
De decir verdades, de gritar, de no dejar un rescolodo de tu cuerpo escondido, de sentir.
Visceral.
Una pausa, un preludio. Apenas unos minutos para contemplar el horror creado.
Tanto el honesto, como el corrupto. Las víctimas, los mesías.
Una rebelión a nivel mundial, contra el mismo cielo, contra el fuego, contra el agua, contra las leyes de la física. Una lucha contra nosotros mismos, contra nuestro aliento y nuestra necesidad de aire.
Un redoble de tambores, la vibrante sensación de la victoria, la desolación de la derrota, rodeados de sangre y arena, de rayo y luz. De guerra. De sol. De humanidad.
Para todos, es la guerra.
Hasta el final, desde el principio, desde abajo, hacia arriba, empiza y se acaba, como todo. Para que algo mejor empiece, para un nuevo mundo, para terminar con el terror y el poder.
Un nuevo mundo.


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